AUTISMO

El autismo suele sospecharse al rededor de los 18 meses de edad o antes. Al alcanzar los 2 años de edad puede ser diagnosticado por su médico. No obstante, muchos padres consideran que el comportamiento de nuestros hijos es transitorio, o es normal, y evitan la consulta oportuna a su médico, diagnosticándose mucho tiempo después y el tratamiento no se inicia tempranamente como se necesita.

Los signos tempranos que sugieren que nuestros hijos poseen cierto grado de autismo son:

  • Evitan el contacto ocular
  • Poco o nulo interés en otros niños o en cuidadores
  • Limitado uso del lenguaje (es de pocas palabras o sonidos, dificultad en la comunicación)
  • Se molesta al cambiar la rutina diaria

Los niños suelen tener dificultades para establecer amistad o mantenerla, la comunicación se vuelve deficiente, y el comportamiento no suele ser apto en el colegio, bachillerato, universidad o área laboral, incluso en la misma familia.

El autismo suele acompañarse o puede desarrollar otros trastornos neurológicos como Déficit de Atención con o sin Hiperactividad, Trastorno Obsesivo Compulsivo, Ansiedad o Depresión, Trastornos conductuales.

El tratamiento conduce a la mejora notable del comportamiento de nuestros hijos volviendo su conducta social, emocional, familiar y académica increíblemente aceptable.

Su neurólogo pediatra debe orientar y adecuar el tratamiento indicado a las necesidades individuales de nuestros hijos para tener los mejores resultados esperados.